Son derechos y deberes primordiales de la profesión veterinaria, al servicio de la sociedad, el hombre, los animales y el medio ambiente, velar por una producción animal de calidad, realizar eficazmente los controles veterinarios en los animales y vegetales de su competencia, así como de productos de origen animal para el uso o consumo humano y las transacciones comerciales, salvaguardar y respetar la vida, la dignidad y la salud de los animales y sus relaciones con la salud humana, junto con la colaboración en el mantenimiento medioambiental.
Todos estos deberes y derechos deben estar impregnados de los principios deontológicos-veterinarios e integrados en un instrumento normativo por su amplia y profunda trascendencia en la salud y alimentación humana; en la salud, alimentación, bienestar y protección animal, en el mantenimiento de la biodiversidad, en el equilibrio medioambiental, en la economía de mercado y en la protección y en la protección al consumidor.