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Los perros entienden el lenguaje humano de la misma manera que lo hacen las personas. Para ellos es tan importante la entonación de la comunicación como el mensaje. Esa es la principal conclusión del estudio publicado por la revista Science Reports, en la que se demuestra que «los canes procesan vocabulario utilizando el hemisferio izquierdo del cerebro y utilizan el hemisferio derecho para recibir entonación».
La investigación dirigida por Attila Andics, de la Universidad húngara de Eötvös Loránd, en Budapest, considera que el aprendizaje del vocabulario «no parece ser una capacidad exclusivamente humana que sigue a la aparición del lenguaje, sino que se trata de una función anterior que puede ser explotada para vincular secuencias de sonidos arbitrarias a significados».
Los expertos consultados están de acuerdo con las nuevas conclusiones. «Coincide con otros estudios que se vienen haciendo desde hace 15 años», afirma Nacho Loy, profesor de psicología animal en la Universidad de Oviedo. Según explica, las investigaciones sobre el comportamiento de los perros sirven para entender su origen: «Ha cambiado mucho la concepción que teníamos de estos animales. No son lobos reeducados, si no que son lobos que en su día se acercaron al ser humano para aprovechar los desperdicios que dejaban, se denominan ‘carroñeros’ en vez de ‘cazadores'».
El profesor ejemplifica la habilidad que han adquirido los canes con Chaser, una hembra de la raza Border Colli capaz de reconocer más de 1.000 objetos diferentes.
La educadora de perros Alicia de Rafael Fernández indica que su experiencia coincide con las conclusiones del estudio, especialmente en que «los perros diferencian objeto y entonación».
Los perros con los que experimentó Attilla Andics fueron expuestos a grabaciones de voces de sus adiestradores. Les hablaron utilizando múltiples combinaciones de vocabulario y entonación, en formas de alabanza y neutras. Por ejemplo, los entrenadores pronunciaron palabras de elogio con un tono de elogio, palabras de elogio con un tono neutro, palabras neutras con un tono de elogio, y palabras neutras con la entonación neutra.
Los investigadores utilizaron resonancia magnética funcional para analizar la actividad cerebral de los perros cuando los animales escuchaban cada combinación. Sus resultados revelan que, independientemente de la entonación, los perros procesan vocabulario, reconociendo cada palabra como algo distinto, y además, lo hacen de una manera similar a los humanos, utilizando el hemisferio izquierdo del cerebro. También, al igual que los humanos, los investigadores encontraron que los perros procesan información de la entonación separadamente del vocabulario, en regiones auditivas en el hemisferio derecho del cerebro. Por último, y también como los seres humanos, el equipo encontró que los perros confiaron el significado de palabras y la entonación al procesar el valor de recompensa de las voces.
Los autores del estudio de la universidad húngara señalan que es posible que fuerzas selectivas podrían haber apoyado el surgimiento de la estructura cerebral subyacente para esta capacidad en los perros, pero una evolución rápida de las asimetrías hemisféricas relacionadas con el habla es poco probable. Los seres humanos, dicen, son únicos sólo en su capacidad para inventar palabras.
Ante la nueva evidencia científica, Ramón Fernández, educador de perros, considera que «de cara a tratar sus problemas emocionales, el tener clara la multitud de similitudes que hay entre los cerebros de las personas y los perros, sirve para trabajar los problemas desde la empatía».
A esta opinión se suma Silvia de la Vega, veterinaria etóloga que aprecia la importancia de las conclusiones: «El estudio puede ayudar a mejorar la manera en que nos comunicamos con nuestros perros, en cosas como utilizar la entonación adecuada. Por ejemplo, comprender que no tiene sentido dar una orden como ‘sit’ enfadado, ya que el mensaje será contradictorio para el animal, al no coincidir el vocablo -que suele ir seguido de un elogio o un premio- con el tono en que se dice, o en no pedirles algo de distintas maneras. Si entienden el significado de ‘tumba’, no quiere decir que comprendan el de ‘túmbate’, ‘échate’ o ‘Down'».
Tengan cuidado con lo que hablan delante de los perros, quizás entiendan más de lo que creemos.
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