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«Mi proyecto quiere dar visibilidad a la ganadería trashumante que se practica en la provincia de Jaén, uno de los últimos reductos de la Península Ibérica donde aún subsiste»

30/05/2019. Categoría: Noticias, Sin categoría
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La veterinaria jienense Catalina Gómez ha ganado el primer premio del Concurso de fotografía de la OIE (Organización Mundial de Sanidad Animal) 2019 con una fotografía denominada “Trashumancia, una vida nómada y libre”, tomada en el puente renacentista de Ariza (Jaén).

Catalina Gómez  es funcionaria de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía y ejerce de veterinaria desde 1988.

 

– ¿Qué te inspiró para hacer la fotografía que finalmente salió ganadora en el Concurso de fotografía de la OIE? ¿Cómo fue el proceso de realización?

Esta fotografía forma parte de un proyecto fotográfico dedicado a la Trashumancia. Está realizada en el Puente de Ariza, término de Ubeda (Jaén). Un puente renacentista (1562-1575) construido por el insigne arquitecto Andrés de Vandelvira. La puesta en funcionamiento del embalse del Giribaile ha convertido esta zona en inundable y durante años el puente ha estado sumergido bajo las aguas del pantano. Las sequías pertinaces de los últimos años, han permitido su reaparición, bastante deteriorado pero aún en pie, cual ser fantasmagórico, tambaleante pero no vencido

En mayo de 2018, un rebajo de más de 2000 ovejas de los Hernamos García Rico, pastores de Santiago de la Espada (Jaén),  lo atravesaron de nuevo y yo tuve la oportunidad de retener esa instante donde emoción y sentimientos se entremezclaron con la certeza de ser testigo de la agonía de dos bienes culturales únicos; La trashumancia y el puente de Ariza.

Esta fotografía es una especie de metáfora de la belleza evanescente.

– “Trashumancia, Ir y Venir entre Vereas”, es el título de su fotografía. ¿Qué quiere transmitir con esta instantánea al resto de personas que la observen? ¿Cree que la trashumancia es un valor cultural que se está perdiendo?

Las fotografías nos sirven para contar historias  y a veces solo a veces, provocan una conexión o una empatía con el espectador. Mi proyecto quiere dar visibilidad a la ganadería trashumante que se práctica en la provincia de Jaén, uno de los últimos reductos de la Península Ibérica donde la trashumancia aún subsiste, pero con la sensación de ser testigo de la desaparición de una forma de vida.  Es un tributo personal para honrar y respetar a los animales y los ganaderos que practican una ganadería sostenible ligada a la tierra. Ellos mantienen vivos los rescoldos de una cultura derrotada en la que se aprecia la magia, la dureza y la armonía con la naturaleza y sus ritmos pausados. Si los pastores desaparecen, desaparecerán con ellos miles de años de sabiduría tradicional, de patrimonio cultural y de gestión ecológica del territorio.

La trashumancia representa la mejor adaptación de la ganadería al régimen de productividad natural de la región mediterránea, marcada por la sequía estival. Los pastores marchan con sus rebaños en busca de la primavera eterna. Cuando el calor comienza a secar los pastos de las dehesas, los pastores y sus rebaños recorren los corredores ecológicos de las cañadas reales para aprovechar los verdes pastizales de las montañas, hasta que las nieves invernales obligan a su regreso de nuevo a las tierras bajas. Esto permite un aprovechamiento óptimo y sostenible de los recursos pastables, que de otra manera, quedaría infrautilizados y la pervivencia de razas autóctonas en peligro de extinción. Asegura el bienestar animal y su alimentación natural, produciendo carnes de calidad y éticamente sostenibles.

De izq a dcha: Valentín Almansa, director general de Sanidad de la Producción Agraria del Mapa; Catalina Gómez López, veterinaria española premiada en el concurso fotográfico; y Monique Eloit, directora general de la OIE

La trashumancia también presta numerosos bienes y servicios a la sociedad que no son directamente cuantificables, y por tanto pobremente reconocidos, pero cuya importancia supera con creces el valor directo:

• Mantenimiento de las vías pecuarias de dominio público que son corredores de biodiversidad, facilitando la conectividad de hábitats y el intercambio genético de las especies
• Prevención contra los incendios forestales, por aprovechamiento de la biomasa forestal y la limpieza de las áreas de cortafuegos
• Evita el despoblamiento de los parajes poco productivos y  contribuyen a la fijación de la población rural.
• La trashumancia nos ha legado un rico patrimonio histórico, artístico  y cultural que ha sido reconocido por la Unesco en 2017, como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial
• Nos permite disfrutar de la belleza escénica de los animales recorriendo, en un patrón vivo, el entramado de las vías pecuarias.

A pesar de estas fortalezas, la trashumancia agoniza por la baja viabilidad económica de estas explotaciones que no pueden competir ni en costos, ni en  producción, con la ganadería intensiva de granjas. Agoniza por la dureza de esta forma de vida, por la complejidad de conciliar una vida laboral y familiar, por la falta de prestigio y reconocimiento social, por la falta de relevo generacional, porque el consumidor está poco informado y no demanda sus productos,  por la falta de ayudas que reconozcan los servicios sociales, territoriales y medioambientales generados a la sociedad por la trashumancia.

– ¿Qué es para ti la fotografía?

Para mi la fotografía es una forma de vivir la vida más apasionadamente y está íntimamente relacionada con mi concepción del disfrute.  Está enmarcada principalmente en el ensayo fotográfico. Me asomo al mundo no para testificar lo que veo sino más bien, para expresar una perspectiva personal, un punto de vista, una interpretación y no sólo una representación. Mis temáticas son muy variadas siendo la fotografía de viajes un nexo común en toda mi obra. La cámara se ha convertido en compañera inseparable, tanto que no concibo ver el mundo si no es a través de los ojos de una cámara, con esas imágenes voy componiendo mi relato de viaje como lo haría un escritor con su diario. Esas imágenes son el soporte de mi memoria y la manera en la que yo recreo la realidad que hay delante de mis ojos. No hago fotografías para los demás, sino para mí, por el puro placer de fotografiar. Si además consigo sugerir una sensación-emoción a quienes las contemplan, la satisfacción se multiplica.

– ¿Cómo crees que es el vínculo entre fotografía y veterinaria?

La fotografía y la veterinaria son dos mundos apasionantes que me ha hecho disfrutar más intensamente de la vida. La veterinaria es mi profesión y la fotografía mi pasión. Nuestra profesión en sus diversas vertientes, encierra momentos únicos de belleza que necesitan ser recogidos y mostrados para el disfrute de la gente que no tiene acceso a ellos. La fotografía es una buena carta de presentación que sabe comunicar sin palabras, la belleza, la profesionalidad y la utilidad para la sociedad de las labores veterinarinarias, tanto para la seguridad alimentaría, la salud pública, el medioambiente, la producción animal respetuosa y el cuidado de los animales como medicina veterinaria. Todo un conjunto de valores y de funciones que cada vez se revelan más útiles a la sociedad humana y animal.

Fotografía ganadora. Trashumancia, la vida entre vereas

– ¿Le parece positiva este tipo de iniciativas como el concurso de fotografía de la OIE?

Me parece que, a nivel internacional, la OIE ha entendido el valor de la fotografía para comunicar sin necesidad de palabras. Todo el mundo entiende el contenido de una fotografía independientemente del idioma que hables y la Organización Mundial de Sanidad Animal es consciente de ello por eso  ha creado y mejorado un concurso de fotografía anual para mostrar el trabajo que realizan en todo el mundo las personas encargadas de la sanidad y el bienestar animal para proteger la sanidad de los animales y promover el bienestar animal a través de la aplicación de las Normas internacionales de la OIE.

Datos de interés:

Blog https://katygomezfotografia.blogspot.com/

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